Durante la Cuaresma no hemos parado, hemos seguido caminando pero cambiando de dirección según nuestros objetivos. Hemos encontrado paradas poco recomendables en las que no hemos bajado y hemos descubierto paradas muy interesantes e intercambiadores que nos han dado la oportunidad de coger otras líneas más acertadas: ESCUCHAR, ABRAZAR, AYUDAR… y siempre presente la OPORTUNIDAD para cambiar.
Destino final, el AMOR. Es Jesús, que muere y resucita por todos nosotros. Por ello, justo en estos días de Semana Santa, nos acercamos a la iglesia para estar con Él, para hacer una oración ante la cruz.
Etiquetas: Pastoral salesianossantander