Aunque, cuando más se dejan ver los erizos es en otoño, ayer hemos encontrado uno tomando el sol en el patio del cole.
¡Menuda sorpresa! Muchos de nosotros no habíamos visto nunca uno de verdad y nos ha encantado poder tenerlo tan cerca.
Al principio estaba un poco asustado y hecho una bola, pero poco a poco hemos conseguido que se tranquilizara y nos ha enseñado su carita.
Hemos aprovechado para aprender alguna curiosidad sobre estos animalillos, como por ejemplo que sus púas son su protección ante posibles ataques, que tienen un olfato muy desarrollado y que se comunican a través de sonidos, desde gruñidos hasta potentes chillidos.
Después de todo esto, le hemos buscado un padrino que se ocupará de devolverle a un lugar donde pueda vivir feliz y en libertad.